Ser una Compañía líder en innovación implica desarrollar constantemente nuevas variedades de bebidas que se adapten a los gustos y estilos de vida de los consumidores.
En ese sentido, el uso de endulzantes no calóricos cumple un rol fundamental para la Compañía
Cada uno de los endulzantes que utilizamos cuenta con características técnicas y beneficios únicos. El aspartamo, por ejemplo, es el que lidera el podio del sabor: su gusto es el que más se asemeja al del azúcar de mesa.
Pero además del sabor, otro importante factor en el empleo de los endulzantes no calóricos es el de la seguridad: de hecho, deben pasar por un riguroso proceso de regulación antes de ser aprobados para consumo humano, proceso que puede durar entre 10 y 20 años. A nivel mundial el organismo responsable de su aprobación es el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios de las Naciones Unidas, que establece niveles de consumo asociados a tres conceptos:
Nivel de Efecto Adverso No Observable (NOAEL). Identifica nivel de consumo que no produce ningún efecto adverso en la salud.
Ingesta Diaria Admisible (IDA). Una vez establecido el NOEAL, se identifica la Ingesta Diaria Admisible (IDA). La Organización Mundial de la Salud define a la IDA como “La cantidad máxima de una sustancia a la cual un individuo puede estar expuesto diariamente durante toda la vida sin causar ningún efecto adverso”. Para garantizar la seguridad en el consumo incluso en grupos sensibles de la población –como ancianos y niños- la IDA es 100 veces menor que la NOAEL. Es decir, habría que consumir diariamente durante toda la vida una cantidad endulzante 100 veces mayor a la ingesta diaria recomendadada para que se observen efectos adversos en la salud. “La IDA es muy conservadora: funciona como un colchón de seguridad”, explica la Dra. Bernardene Magnuson, especialista en seguridad de endulzantes.
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