Además de atender su propio kiosco e inspirada por el entorno natural que la rodea, Agustina Ojeda abrió un negocio de alquiler de botes para pescadores. Conocé la historia de esta mujer, una de las 6.000 participantes del programa Emprendemos Juntas que impulsan la Fundación
Es un sábado lluvioso y la vida en el litoral del poblado Costa Azul, en la ciudad de Limpio, transcurre en calma. En el punto donde el río Paraguay se bifurca y forma el sinuoso brazo del río San Francisco se levanta la casa de Agustina Ojeda, una emprendedora que se animó a abrir sus propios negocios: un kiosco y un puesto de alquiler de botes, ambos bautizados con el nombre “Tres hermanas”.
“Antes trabajaba limpiando casas en Asunción: me pasaba horas viajando y llegaba a mi hogar muy cansada. Un día mi marido me propuso dejar todo y quedarme en casa. Fue la mejor oportunidad para crear mis propios negocios, el gran sueño de mi vida”, explica Agustina a Journey mientras recibe a un cliente que se alista para navegar pese a la tormenta de verano que se avecina. Pero para que los emprendimientos comenzaran a funcionar con éxito, Agustina atravesó un camino lleno de errores, aprendizajes y experiencias.
Costa Azul es un paraíso escondido a 30 kilómetros de Asunción. Aquí, el tiempo parece detenerse y la calma invade todo el lugar. Cada tanto, el silencio se ve interrumpido por el canto del martín pescador o por el chasquido de las palmas de los karanda'y cuando el viento las agita.
Conocedora de las bondades del paisaje, Agustina decidió aprovechar la oportunidad de este entorno natural y abrir sus propios emprendimientos: “Vivimos en el mismo lugar donde funcionan mis negocios y eso es una ventaja. Por lo general, todos los días me levanto bien temprano, tomamos mate con mi marido y empezamos con las labores diarias: limpiamos las embarcaciones, atendemos el kiosco y recibo a los clientes que van llegando”.
“Muchos clientes llegan hasta aquí porque quieren pescar o salir a pasear: antes compran algunos víveres y luego utilizan las embarcaciones para navegar por el río. Tenemos 10 barquitos y siempre están alquilados”, cuenta.
Emprendedora aguerrida, Agustina siempre buscó capacitarse para hacer crecer sus negocios. Es así como llegó a Emprendamos Juntas, la iniciativa impulsada por la Fundación
“Para mí fue muy importante haber aprendido estrategias para llevar adelante un negocio; antes era muy desprolija con el dinero que entraba: gastaba mucho más de lo que ganaba. Hoy puedo organizarme mejor, e incluso pude ahorrar para invertir en mis emprendimientos”, cuenta.
Agustina y su marido lograron con el tiempo comprar una casa y ver crecer a sus hijas. De cara al futuro y tras su participación en los cursos siguen soñando: tienen en mente abrir un almacén y una mueblería.
Emprendemos Juntas se enmarca en la iniciativa global 5by20, con la que la Compañía
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