“Ñeembucú, en el extremo suroeste de la Región Oriental del Paraguay, es una zona que históricamente fue considerara olvidada. De hecho, durante mucho tiempo estuvo aislada porque no había rutas allí; entonces, cuando había lluvias o crecientes del río esas zonas quedaban aisladas”, dice María Luz Gill, Gerente de Asuntos Públicos y Comunicación de
Es que si bien en Ñeembucú, en función de los ríos que atraviesan la zona, el agua no es un bien escaso, ésta presenta formas de contaminación complejas que hacen que los tratamientos habituales de potabilización sean insuficientes. Allí, el programa Gotas de vida cambió radicalmente el acceso a agua para los más de 3.000 pobladores de seis comunidades asentadas en el Departamento de Ñeembucú. En Gotas de vida unieron sus fuerzas
“El proyecto se inició en el 2011 –recuerda María Luz–. El desafío fue encontrar la tecnología y el sistema adecuados para dar respuesta a las necesidades de cada comunidad, porque si bien eran comunidades que estaban relativamente cercanas unas de otras, los problemas que tenían eran distintos: en algunos casos utilizaban agua superficial y en otros casos, agua subterránea. Los pozos que usaban no tenían la profundidad que necesitaban y, en algunos, casos estaban contaminadas las aguas que utilizaban para consumo.”
“Junto con la Fundación Moisés Bertoni, fuimos encontrando soluciones de manera concreta en cada caso”, agrega María Luz, que señala que la mayoría de los sistemas de acceso al agua potable que se implementaron funcionan aún hoy en las escuelas de las comunidades, “porque notábamos que en las escuelas había un mayor compromiso para cuidar los sistemas y mantenerlos”.
“Coca Cola tiene importante un foco en el agua. Es un elemento central de su proceso productivo pero es también quiere que su programa de responsabilidad social generar condiciones favorables para el acceso al agua. Y nosotros tenemos la misma preocupación”, comentó Yan Speranza, Director General de la Fundación Moisés Bertoni.
El valor del programa Gotas de vida quedó demostrado recientemente cuando el Departamento de Neembucú experimentó una creciente grande del río adyacente, que hizo que la zona quedara nuevamente aislada. Entonces, concluye María Luz, “el acceso al agua potable que nosotros pudimos darle fue muy valorado en la comunidad”.
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